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Taller de Oficios y ética artesanal

Por Isaac Sánchez


El taller de oficios y ética artesanal es un espacio de dinámica abierta donde estudiantes pueden encontrar un modo de canalizar sus intereses, su curiosidad y reflexividad a través de elementos plásticos.


Aprender oficios es un proceso intuitivo y sensorial, son les estudiantes quienes primordialmente establecen un diálogo con los materiales y sus caprichos. Mediante la exploración de la madera, algunos metales, el barro, el textil, papel o las tintas serán elles quienes encontrarán el lenguaje plástico adecuado con el cual dialogar.


Esto resulta importante porque comúnmente creemos que aprender un oficio se trata de la técnica necesaria para crear productos útiles. Sin embargo, en el taller creemos firmemente que la técnicas es aquello que se aprende o desarrolla en el proceso de dialogar con los materiales, no se aprende carpintería y luego se hace la mesa sino que se aprende carpintería haciendo la mesa solo, y solo cuando hacer la mesa tiene un sentido más allá del productivo, cuando el proceso de confección implica una serie de procesos internos que son satisfactorios por si mismos, más allá del producto esperado.


En el taller, el producto es lo de menos y priorizamos el proceso, su ética, su sentido y propósito personal. Tenemos algunos puntos pilares directamente relacionados con la ética artesanal que definen la dinámica de trabajo, los procesos de confección y establecen aquello que priorizamos al momento de ponernos a crear.


Los oficios artesanales siempre han tenido una directa relación con el entorno, entonces tratamos de recuperar del entorno urbano los materiales necesarios por lo que más que seguido reciclamos, reutilizamos y reparamos lo que tenemos a nuestro alrededor.


Los oficios son un resultado de una historia en desorden y de la relación de los pueblos con su territorio, de la misma forma que sus técnicas y procesos cognitivos, psicomotrices y sentidos provienen de una fina y detallada relación entre la historia de los pueblos, el territorio que habitan y los materiales que lo habitan y las herramientas o técnicas que resultan de esa relación historica de los pueblos con su territorio. Utilizamos herramientas manuales, las técnicas tradicionales aún disponibles y en ese camino conocemos la historia social de los oficios que trabajamos.


La relación cultural y narrativa con los oficios es relevante e improductiva, y muy seguido nos encontraremos creando historias que nos signifiquen o representen nuestros propios sentidos a través de los materiales que trabajamos en el taller.


El desarrollo de lo artesanal tiene más que ver con un proceso interno en donde el diálogo mencionado otorga un sentido intrínseco a los haceres, donde la productividad y redituabilidad del producto es irrelevante en el proceso que le otorga sentido al esfuerzo. Esta naturaleza de los oficios artesanales establece un punto de partida, un reto; la búsqueda del sentido de lo hecho y su relación con la improductividad y usabilidad de los objetos confeccionados. Abre la posibilidad a la creación por el gusto de la creación, a la curiosidad improductiva y a hacer las cosas bien por el gusto de crear lo mejor de sí.

 
 
 

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